Se que pensaréis que no tengo derecho a decir, que no me apetece nada volver a trabajar, después de los dos meses de vacaciones que tenemos los profesores. Pero, de verdad, no podéis ni imaginaros lo que supone este trabajo.
- Total, si os pasáis el día recortando y con la plastilina, ¿no? - me dijo una vez un conocido. ¡Ya! Delante de veinticinco orcos le ponía yo, a ver cómo les entretiene recortando y haciendo figuritas de "plasti". Desde aquí, todo mi odio para aquel cateto.
Pero aún así, los niños (citados anteriormente como orcos, con toda la bondad, cariño y amor, qué sólo un maestro o maestra puede comprender) son lo mejor de mi trabajo. Porque están creciendo, están descubriendo, aprendiendo, investigando y por esta razón, se lo podemos perdonar todo. Sin embargo, en la carrera no te preparan para lo que en realidad deberían. Ni siquiera te lo avisan o lo mencionan por encima. Nada. En ningún momento se hace referencia a los enfrentamientos que deberemos sufrir contra los... llamémosles "POKEMON", que van aparejados a los infantes.
Pues sí, cada niño y niña llega al centro casi siempre escoltado por su Pokemon, que por las diversas tareas que deben desempeñar los mismos no les acompañan a lo largo de la jornada escolar, sólo les entregan y les recogen. Y gracias a Alanis Morissette (es decir, Dios), porque hay algunos de estos seres, que serían bastante insoportables toda una jornada (pobres niños que tienen que aguantarles en sus hogares...).
Hay varios tipos de Pokemon acompañante de niños, uno, del que estoy seguro que todo maestro ha oído hablar o ha tenido que lidiar con él, es el Pokemon Achuquenosce. Se caracteriza porque lo sabe todo y siempre tiende a dejar claro que él podría hacer cada cosa que haces mucho mejor tú. Es muy común ver a este Pokemon en la puerta de una clase de cualquier colegio diciéndole esto al niño que tiene a su cargo:
- ¿Le has dicho buenos días al profe? ¡Dile buenos días! ¡Buenos días, venga díselo!
Para que en el momento justo en el que el pequeño o pequeña va a abrir la boca, el Achuquenosce se enderece, mire al maestro y comience su verborrea diaria sobre todos los fallos que observa y todo lo que sin falta se debe mejorar. Por supuesto, sin dar posibilidad a la réplica, explicación o agradecimiento ante semejante sugerencia, que a nadie se le había ocurrido con anterioridad... Muy observadores estos jodíos bichos. Por supuesto, no dejan pasar ni una, y el día que el docente comete algún error, dependiendo del día que haya tenido el Pokemon, no dudará en mirarte fijamente con media sonrisilla, en plan: "A mí esto no me pasaría"; o bien montar un enorme jaleo frente a la puerta.
En el fondo, este ser lo único que persigue es un poco de atención y cháchara, y cree que el maestro tiene la obligación de proporcionársela, por lo que hay dos opciones para evitar malos entendidos: Darle la conversación justa, cortándole para que no se extienda y se sobre pase, o ignorarle por completo. Sinceramente, aunque suene muy duro, a mí me funciona mejor la segunda, porque por poca y justa conversación que le des al Achuquenosce, siempre habrá sido demasiada. Hay que destacar, que este animalito suele encontrarse mayormente en su forma femenina.
Otro tipo de Pokemon algo menos común, pero que cuando lo encuentras se hace notar, es el Orlugra. Este simpático bichejo, a diferencia del anterior, es parco en palabras, a todo suele contestar con monosílabos o sonidos guturales, y en la mayoría de los casos no entiende nada de lo que puedas contarle o explicarle. Problema: hace lo que le da la gana, como le da la gana y cuando le da la gana... Y si no te parece bien... ¡Ataque Placaje! Hasta que el Orlugra se va haciendo a las situaciones y va entrando en las dinámicas de trabajo, suele acarrear mal estar, ansiedad, jaquecas o diarreas y estreñimiento, al mismo tiempo, en los docentes que le traten. No obstante, con cierta mano derecha y algo de calma, acaba dejándose domar socialmente. Aunque recomiendo no bajar la guardia, ya que por muy calmado que se encuentre, la neurona del Orlugra (sí, sólo poseen una neurona, que pasa el día rebotando en su cráneo hueco) nunca llega a interpretar correctamente los mensajes, y siempre puede volver a reiniciarse el proceso. Casi en la totalidad de las ocasiones se presenta en su forma masculina.
Otro especimen con el que es fácil toparse en la puerta de una clase es el Pokemon Oretsu-meb. Aunque su porte atlético, esbelto, y (para según que gustos) atractivo, pueden llevarnos a la compasión y afinidad por él, este es uno de los peores seres que se pueden acercar a un aula y con el que debemos mediar. La norma es que mientan, que lo que dicen en la mayoría de los casos sea falso, y no porque quieren engañarte, no, no, es porque la percepción que tienen de la realidad es otra muy distinta a la del resto de seres de la naturaleza. Esto se debe a que las dos neuronas que componen su cerebro están enemistadas entre sí, por lo que intentan interpretar lo que sucede a su alrededor cada una a su modo, obteniendo el sujeto una realidad totalmente ficticia, aleatoria y que para nada se corresponde con lo que de verdad acontece. Por eso pueden llegar a darse situaciones del tipo:
- Es que tengo que ir a recoger unas cosas antes de traer a los niños y en el camino uno de ellos ha devuelto, y ya sabes cómo somos los pokemon con esas cosas, así que me he bajado...... y al rato vino un avestruz roja, que no se si las conoces pero son peligrosísimas,...... Fue entonces cuando la dije: Señora relájese y respire como en las clases de preparación al parto...... Y por eso hemos llegado tarde.
(Se ha llegado a creer que algunos autores escribieron muchas de sus grandes obras copiando los relatos de Pokemons Oretsu-meb).
- Sí, sí, las fichas las ha hecho el peque sólo (con letra cursiva y ligada cuando el niño tiene cuatro años y en escritura espontánea casi no hace ni su nombre. Eso sí, están llenas de faltas de ortografía... De nuevo problemas neuronales).
Lo malo de estos animalitos es que muy de vez en cuando te cuentan la verdad, y si no eres capaz de descubrirlo a tiempo pueden llegar a ponerte en evidencia ante la dirección u otros padres. De hecho, les encanta ese doble juego, ser capaces de decir la verdad en el momento justo para que no les creas y que todo el mundo vea, que ellos en realidad dicen la verdad, y que su fama es infundada. Lo dicho, este tipo son de la peor calaña.
Por todo esto que digo, algún lector perverso puede estar malinterpretando mis palabras y pensar que en realidad de lo que quiero hablar es de los padres de los orquitos. ¡Nada más alejado de la realidad! Cómo podría yo decir nada semejante, de esos seres puros, que aceptan cada consejo, entregados en cuerpo y alma al desarrollo y correcto crecimiento intelectual de sus bástagos, esas personas íntegras que siempre tienen un gesto amable y una actitud dispuesta a todo lo que los maestros y maestras les pedimos. ¡Cómo iba yo a hablar mal de ellos! ¡Alanis Morissette (es decir, Dios) me libre!
Pues bien, estos son sólo algunos de los muchos, múltiples y variopintos personajes con los que trabajamos, aparte de los niños y niñas, ¿no os parece suficiente razón como para tener dos meses de vacaciones y como para que diga que no quiero volver el jueves al cole? De todos modos, otro día hablamos de cómo funcionan por dentro ciertas instituciones (Como por ejemplo, un colegio. Un, dos tres, responda otra vez)... Mientras tanto recordad, que el melón por la noche mata.
Jo, los pokemon que comentas no son nada como los de la serie, aquí el lema no es hazte con todos, sino deshazte de todos ellos.
ResponderEliminarPor todo eso y mucho más honrarás a los maestros de tu orco...
POR MORDOR!!!